Recuerdo aquella vez que viví un momento especialmente íntimo, junto a uno de mis paciente; que me reveló la importancia de dejar fluir sentimientos primarios como la tristeza y la alegría, en apariencia contrapuestas.
Te cuento dicha vivencia que resultó tan significativa para ambos…
Aquella víspera conversando con Filip de ciertas desdichas de su vida, la melancolía embriagó su semblante de facciones robustas que acostumbraba, hacía ya tiempo, a ocultar sus emociones. Le avergonzaba sentirse vulnerable.
Me aproximé al diván donde permanecía tumbado. Extendí mi mano y le ofrecí uno de esos pañuelitos de papel olor a flores blancas, que solían aguandar encima de la mesita de cristal; junto al sofá en el que descansaba cada tarde, esperando aliviar momentos dolorosos como éste.
A pesar de la incomodidad e intensidad de su pena, se sintió seguro y confiado para verter libremente sus lágrimas en mi presencia. Por un momento dudé y sentí, que quizás, aquella catarsis podía generarle más sufrimiento que beneficio. Sorprendentemente se sintió reconfortado -me dijo.
Tras aliviarse, de repente, exclamó con una sonrisa: -¡Los clínex sirven para todo! ¿Sabes que un día me quedé sin bolsitas de té y salí del paso con uno de estos pañuelitos? Mira, sirven para abrigarme también- hizo un gesto como si se arropara con una diminuta manta suave.
Las subsiguientes lágrimas que deslizaron por su rostro, cobraron un significado distinto acompañadas de ese humor irónico que le determinaba…; como refugio a situaciones estresantes.
En ocasiones, ante las dificultades de la vida el sentido del humor puede facilitar la contención de momentos hirientes. Sin dejar de atenderlo con la seriedad que merece.
¿Y tú? ¿Qué utilidad le das a tu caja de clínex?
Yolanda Ruiz La Psicoterapeuta
Desde mi diván,
Relatos para sentir y despertar
Filip existe en la realidad, tras ser contado su relato, su nombre adquirió carácter metafórico en este diván.
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Yolanda, pienso como tú, que és esencial, que uno mismo o que una persona externa, en un momento de tristeza profunda saque a relucir un toque de humor.
Aparte de generar complicidad con la otra persona y con uno mismo, genera un alivio necesario puntual, una desconexión momentánea de la angustia y el problema que la rodea y quizás a veces, como a mi me ha pasado alguna vez, empiezas a ver el problema desde otros puntos de vista posible, relativizándolo.
Pienso que con este artículo has logrado expresar muy bien como “la tristeza y la alegría confluyen juntas”.
Me gusta mucho leerte,
Muchas gracias!
Que identificada me siento con Filip, cuantas veces me has tendido ese clínex que me ayudaba a reconfortarme y cuantas otras he usado ese humor que me ayuda tantas ocasiones a sobrellevar esa tristeza. Y en muchas otras, me ha servido para que los de mi alrededor se fijaran en esa sonrisa en vez de en la tristeza que mostraban mis ojos, para una vez más, como Filip, no parecer vulnerable.
Muchas gracias de nuevo por llegar con tus palabras a mis emociones y acerme sentir que no estoy sola.
Gracias Ana por tus alentadoras palabras. No siempre es fácil hacer llegar al otro, a través de un texto escrito, lo que uno está sintiendo y el significado terapéutico de ello. Me emociona saber que he conseguido transmitírtelo. ¡Me encanta que me leas!
En este momento, que estamos en la distancia, me siento más cerca de ti que nunca Laura. Mis ojos se están humedeciendo alegremente al leer tu delicado y sabio comentario. Yo también me he sentido Filip en muchos momentos de mi historia, nos sentimos ambas acompañadas por fin.
Linda historia y como no sentirse identificada con ella en algun momento de la vida?. Ojalà todas tuvieramos a alguien que nos ofteciera un pañuelo de papel en esos momentos. Gran trabajo yolanda!
¡Eiii… Nuria! Solemos olvidar lo fácil e importante que es recibir una caricia, física o emocional, tras situaciones delicadas como ésa. Gracias por leerme y aportar tu comentario.
Que bonito y sentido relato. Me alegro que Filip te tuviera cerca y que con un simple e importantísimo clínex aliviaras su dolor y él sacara su humor. No siempre se consigue.
Todos, creo, en algún momento de nuestras vidas nos sentimos Filip pero no siempre hemos tenido a alguien al lado para que nos ofrezca un clínex y eso es muy duro. Ojala yo ubiera tenido alguien en mi vida que me lo hubiera ofrecido y se hubiera sentado a mi lado aunque solo fuera para no sentirme sola.
Muchas Gracias yolanda. Sabes tocar en el corazón de las personas y abrir, sin llaves, el baúl donde tenemos guardadas nuestras buenas y malas experiencias. Al menos el mío.
Muy buenas noches
Yo también creo que, hay momentos en los que es más fácil mostrar nuestros sentimientos a una persona que nos escucha y que con el simple echo de ofrecernos un pañuelo nos está ayudando, a encontrar la manera de entendernos. Cuando esté momento de sinceridad ocurre es cierto que te sientes vulnerable y una manera de relajarse o canalizarlo es hacer una broma de manera inconsciente. Pasa a menudo y te das cuenta de muchas cosas después de este tipo de momentos. Me siento muy identificada con filip.
Dolores bonitas palabras las tuyas. Tras ser tecleadas, una vez más, me doy cuenta del significado profundo de éste relato verídico; que me ha guiado en momentos de oscuridad en muchas sesiones en las que la persona sufría. Aportándome confianza en el beneficio de las lágrimas y la consiguiente complicidad. Muchísimas gracias, compartir tu vivencia ayuda a otras personas también.
Buenas noches.
Otra identificación ¡Que bien! Somos muchos Filips que estamos creciendo y mostrando la fortaleza de nuestra vulnerabilidad. Desde este divás, nos acompañamos. Susanita gracias a ti también por desnudarte, te hace valiente.
La tristeza y la alegría son emociones que van por separado pero a veces se bifurcan, pero no es malo llorar, a mi me arrancó un nudo que tenía en el estómago, recuerdo el primer clinex que me distes, en las siguientes sesiónes ya llevaba yo mi paquete de clinex y recuerdo que siempre lo tenía apretado en la mano como si fuera un ovillo, creo que era por la necesidad de sentirme agarrada a algo. Algo que sabía que tenía entre mis manos, para secar mis lágrimas. Un abrazo querída Yolanda
Rosa hace falta coraje para recibir la ayuda de esa mano extendida, y reconocer la tristeza anudada en tu vientre; la tuviste y ese es tu valor. Mi gratitud por sincerarte y compartir tu vivencia. Un abrazo Rosita querída.
Las lágrimas que nos hacen llorar ahora, muchas veces son lágrimas que debimos llorar en un pasado . cuando sufrimos el daño y no las lloramos . después, desgraciadamente , salen con mucho más dolor .
Y ya que hablamos de llanto y risas . Momentos dolorosos y que todos hemos vivido como la pérdida de un ser querido y siempre hay un momento para la risa en ese velatorio o en esa adiós religioso. Momentos que te destensan de ese angustioso momento. Risa y llanto parece que van de la mano.